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La empleada de un centro de estética que fue juzgada por provocar quemaduras de segundo grado a una cliente con un aparato de depilación láser ha sido condenada a seis meses de cárcel como autora de un delito de lesiones por imprudencia grave.

La acusación particular, ejercida por el abogado Julio César Galán Cortés, mantenía que la procesada había aplicado una potencia de láser muy alta en la séptima sesión de depilación láser a la que se sometió la clienta. Había recibido otras seis sesiones anteriores con las que no tuvo ningún problema pero que habían sido realizadas por otras empleadas de la clínica de estética.

«La clienta se quejaba, es verdad, pero es que la depilación láser provoca cierto dolor, por ese motivo ella se había aplicado una pomada anestésica», declaró la acusada en el juicio que se celebró la semana pasada en el Penal 3.

La sentencia explica: «Las quemaduras de segundo grado que sufrió la perjudicada fueron motivadas por la omisión de las más elementales cautelas por parte de la acusada, que siendo el primer día que trabajaba en el centro, no tomó las debidas precauciones al seleccionar la potencia de la máquina y pese a las quejas de la clienta desde un principio de dolor, continuó con la aplicación de la máquina, sometiendo a la clienta a una clara sobreexposición de calor con manejo inadecuado de la misma». Cabe recurso ante la Audiencia Provincial.